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Desde la aparición de la Firma Electrónica Avanzada (FEA) en México, también conocida como e-firma, vivimos nuestras primeras experiencias de firma a distancia y, a partir de este punto, dejamos atrás la firma en papel, al menos en el ámbito fiscal. 

A la par de esta, la firma digital comienza a permear en el sector financiero, y actualmente es el método mayormente empleado en los procesos de onboarding y contrataciones a distancia en las instituciones financieras. Descubre el porqué.

Firma digital (FAD®)

El usuario sube su documento en PDF o le toma una foto, después agrega a los firmantes, cada uno firma con su dedo o con un lápiz óptico (de forma autógrafa), a través de una app móvil o vía web.

Al finalizar el proceso, el usuario cuenta con el documento firmado en PDF, el cual incluye un video de aceptación del acuerdo y otro del momento exacto de la firma. Además de elementos importantes como la geolocalización, así como una constancia de conservación que garantiza la integridad del documento.

Firma Electrónica Avanzada

El proceso de firma, comienza con la captura de nuestro Registro Federal de Contribuyentes (RFC). Después, debemos adjuntar los archivos .cer y .key en las ventanas en las que se soliciten y, finalmente, capturar la contraseña de nuestra clave privada, en un archivo con extensión .key.

Si bien, mediante ambos métodos, conseguimos firmar un documento, existen problemas específicos que cada firma resuelve de mejor manera. No todos contamos con el tiempo para realizar un trámite en alguna instancia de gobierno y, aunque lo hiciéramos, el conservar los certificados existe un riesgo latente de pérdida, lo que puede provocar un uso malintencionado por parte de un tercero.

Recomendaciones para verificar que tu firma electrónica del SAT no sea robada

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Descubre los tipos de firma: Su significado y cómo aprovecharlas

Las firmas son esenciales en la comunicación, pero varían según la situación. Es clave conocer los tipos y saber cuál usar en cada momento.

En un contexto legal, se refiere a que un usuario no pueda negar que él / ella realizó una transacción firmada digitalmente, por lo anterior surge la duda ¿Cómo ambos tipos de firmas se aseguran de que el firmante es quien dice ser?

Supongamos que quieres firmar con tu FEA, pero no tienes tiempo, así que le brindas tu clave privada a tu contador para que él pueda firmar en tu nombre. Tu contador, antes de firmar, apunta las claves en una libreta... 

¿Qué sucedería si esta libreta llegara a manos de alguien con malas intenciones?, y aún peor, ¿Qué sucedería si otra persona, en lugar de tu contador, firma en tu nombre? 

El proceso de firma con la Firma Autógrafa Digital es muy diferente, pues la persona es videograbada aceptando el compromiso de firma, por lo cual, si otra persona firma, se sabría fácilmente y por consiguiente la firma no sería válida. Además de eso, la persona es grabada simultáneamente firmando con su dedo, algo nunca antes visto.

Combate el robo de identidad 

Entendemos que las firmas electrónicas y digitales son muy seguras, a diferencia de la firma en papel, pero, ¿Cuál ha sido el impacto conseguido hasta el momento?, y, a grandes rasgos, ¿Cómo han beneficiado a la sociedad?

Lamentablemente, se han suscitado casos de robo de identidad fiscal, mediante el cual, muchos contribuyentes son engañados para proporcionar sus datos fiscales confidenciales, como contraseñas y Firma Electrónica Avanzada. En este sentido, la FEA no puede mitigar el riesgo al que se expone el firmante. 

A diferencia de este método, la Firma Autógrafa Digital ha logrado disminuir en un 90% los fraudes por suplantación de identidad, en solo 6 meses. Todo gracias a los elementos tecnológicos anteriormente mencionados.